Una vivienda sostenible es una vivienda respetuosa con el medio ambiente. Es aquella que, partiendo del hecho inevitable de que tanto su construcción como su uso producen un impacto sobre el medio ambiente y sobre las personas, atempera su “metabolismo”, consigue reducir los impactos al máximo posible y cumple las siguientes condiciones:

– limita y selecciona el uso de los recursos del planeta de los que se apropia.

– Aprovecha con eficiencia los recursos que utiliza.

– Reduce el impacto de los residuos y de la contaminación que necesariamente produce

– Favorece el compromiso de las personas que la habitan con el medio ambiente y con la especie humana.

A su vez, una Vivienda sostenible debería ser habitada por personas que mantuviesen un comportamiento responsable con el medio ambiente. La arquitectura mediterránea tradicional (económica y poco agresiva con el medio) se basa en hechos físicos simples:

– el sol sale por el este,…

– el día tiene 24 horas.

– los vientos, las lluvias y las sequías tienen reglas locales propias y diferenciadas.

– el entorno impone sus normas.

– las buenas técnicas son las que están avaladas por el uso, la economía y la práctica.

– los materiales adecuados son los de obtención cercana, durables y fáciles de mantener.

Las mejores arquitecturas del pasado reciente y de la actualidad se nutren también de esos saberes. Los avances técnicos e industriales son “sostenibles” si demuestran su eficiencia energética real y su capacidad de reducción del impacto sobre el medio ambiente, y si se compaginan con el reconocimiento de la sabiduría de la arquitectura popular. Se trata también de someter la técnica a la ciencia, y la economía a la soberanía del bienestar de todos los seres humanos.

El Diseño sostenible acaba siendo lo que se conoce como la arquitectura bioclimática.

Existen una serie de medidas de diseño que mejoran el confort y la calidad interior de la vivienda, y que además ayudan a reducir la demanda de recursos:

01. Optimización de los recursos y materiales.
02. Disminución del consumo energético y fomento de energías renovables.
03. Disminución de residuos y emisiones.
04. Disminución del mantenimiento, explotación y uso de los edificios.
05. Aumento de la calidad de vida de los ocupantes de los edificios.
06. Iluminación natural
07. Transpirabilidad (ventilación natural continuada).
08. Sencillez tecnológica, alto nivel de “naturalidad” en los materiales, diseño arquitectónico sencillo y no monótono.
09. Colores adecuados.
10. Sensación de seguridad e intimidad.
11. Variabilidad térmica estacional.
12. Ausencia de elementos patógenos.

La sostenibilidad es una cuestión básicamente de decisiones generales de dibujos arquitectónicos:

Orientación sur de la plana fachada sur (hemisferio norte), extensión longitudinal este-oeste, tipología con patio central, intercambiadores arquitectónicos de calor, espacios verticales de comunicación, chimeneas arquitectónicas de extracción de aire caliente, ubicación de la mayor parte de vidrios al sur (hemisferio norte), no poner vidrios al oeste ni al este si no son estrictamente necesarios, fachadas ventiladas, sistemas naturales de ventilación etc., es decir, prácticamente el 90% de una auténtica arquitectura sostenible solo son decisiones arquitectónicas, es decir, consiste en la redisposición de los espacios y objetos arquitectónicos habituales y ya existentes, y en la buena toma de decisiones, sin coste adicional alguno. El otro 10% concierne a detalles constructivos, tecnologías y materiales especiales.