Reformar nuestra vivienda habitual supone una perfecta oportunidad para hacerla más eficiente y reducir sus emisiones de CO2. La mayor parte de edificios del parque residencial actual se construyeron hace décadas, sin criterios de eficiencia energética. En España, los edificios que se levantaron antes de la década de los 80 encierran un magnífico potencial de ahorro si comenzáramos a reformarlos y a convertirlos en Casas que Ahorran. Aplicando técnicas de eficiencia energética en su rehabilitación, sería posible obtener disminuciones cercanas al 90% en su demanda energética.

Hay disponible un amplio abanico de ayudas y subvenciones oficiales, gestionadas por las distintas Administraciones públicas, así como deducciones fiscales. Además, muchas Comunidades Autónomas poseen planes para la renovación de ventanas. Es necesario informarse de todas estas ayudas, su tipología y los requisitos para acceder a ellas.

La solución adoptada dependerá del tipo de vivienda y de las circunstancias particulares de la propiedad. En viviendas individuales la solución es más sencilla porque se rehabilita el exterior de la vivienda para hacerla más eficiente. De ese modo sus habitantes pueden seguir ocupando el interior de la casa. Las obras de modernización y mejora del aislamiento no restarán en ningún caso espacio útil a la vivienda.

La rehabilitación de bloques de propiedad colectiva obliga a que los diferentes vecinos se pongan de acuerdo. Para cada caso particular existen ya soluciones efectivas y rentables, apoyadas en muchos casos por planes de financiación y subvenciones de la Administración pública.

En el caso particular de poderes municipales, la rehabilitación de viviendas puede representar una herramienta muy potente para que los Ayuntamientos inicien la reforma integral de barrios socialmente degradados, haciendo partícipes a los vecinos y consiguiendo alto grado de bienestar a nivel interior en la vivienda y a nivel social.