En la actualidad, la refrigeración sólo representa el 1% del consumo doméstico a nivel nacional. Esta proporción está creciendo de forma más rápida que cualquier otro servicio y puede suponer en torno al 15% del consumo en los hogares que disponen de tal. Por ello, es muy conveniente emplear estos sistemas de forma racional.

El aire acondicionado es uno de los equipamientos que más rápidamente ha crecido en el sector doméstico. Sin embargo, son muy pocas las viviendas que se construyen con instalaciones centralizadas individuales o colectivas de aire acondicionado, aun en zonas climáticas muy calurosas.

La mayoría de las instalaciones se componen de elementos independientes, mucho menos eficientes y además tienen el problema de tener que colocarse en fachadas y terrazas.

Esta situación provoca altos consumos de electricidad en verano y recalentamientos en el exterior de los edificios. En numerosas zonas de Andalucía y Cataluña la punta de demanda eléctrica se ha desplazado del invierno al verano debido a la utilización del aire acondicionado.

CONSEJOS

1– Cierra puertas y ventanas de la habitación que estás refrigerando.

2– Desconecta el aire acondicionado cuando no haya nadie en casa o en la habitación que estás refrigerando.

3– Fija la temperatura de refrigeración a 25-26ºC (temperatura de confort en condiciones de verano).

4– Cuanto menor sea la diferencia entre la temperatura en el termostato y la temperatura del exterior, mejor resultará el rendimiento final del sistema. Una diferencia de temperatura con el exterior superior a 12ºC no es saludable, es decir, que si en el exterior hay 40ºC la temperatura de refrigeración no debiera fijarse por debajo de 28ºC.

5– Por mucho que ajustes el termostato a una temperatura más baja de lo normal, no enfriarás la casa más rápido. Dicho enfriamiento podría resultar excesivo y, por tanto, un gasto innecesario.Cada grado más que disminuyas la temperatura se estará consumiendo un 8% más de energía.

6– No coloques lámparas o televisores cerca del termostato del aire acondicionado. El termostato detecta el calor de estos aparatos, lo que puede hacer que el aire acondicionado funcione más tiempo del necesario.

7– En verano, ventila la casa cuando el aire de la calle sea más fresco (primeras horas de la mañana y durante la noche).

8– Un ventilador preferentemente de techo (ventilación mecánica), puede ser suficiente para mantener un adecuado confort. El movimiento del aire produce una sensación de descenso de la temperatura de entre 3 y 5ºC, y su consumo de electricidad es muy bajo.

9– Si vives en zonas del interior peninsular considera la opción de utilizar sistemas evaporativos que humedecen la atmósfera y refrescan algunos grados el ambiente.

10– Existen láminas adhesivas transparentes que, pegadas en el exterior de los acristalamientos, disminuyen el flujo de calor hacia el interior de la vivienda.

11– Puedes mejorar el confort sin necesidad de usar el aire acondicionado utilizando elementos pasivos: la protección solar que proporcionan los toldos o persianas bajadas, impide la radiación directa solar y la entrada de aire caliente en el interior de la vivienda.
(sobrecalentamiento). Con estos sistemas se pueden conseguir ahorros de energía superiores al 30% en las ventanas donde más da el sol. Existen diferentes tipos de protecciones, y es más adecuado un tipo u otro en función de la orientación.

12– Si no es posible, siempre está la opción menos efectiva de la incorporación de cortinas o estores en el interior.

13– Otro mecanismo pasivo consiste en propiciar las corrientes de aire (ventilación cruzada), de nuestra vivienda puesto que ayuda siempre a refrescar el ambiente.

14– Las plantas en el interior de los edificios crean microclimas que pueden resultar adecuados para la refrigeración y aireación del edificio.

15– Es recomendable repartir correctamente el frio, evitando corrientes de aire muy frías y otras demasiado calientes.

16– Los colores claros en techos y paredes exteriores reflejan la radiación solar y, por tanto, evitan el calentamiento de los espacios interiores de tu hogar.

17– Se debe tener en cuenta que aislar y sellar las fugas de aire ayudará a utilizar mejor la energía en la época de verano porque mantiene el aire frío en el interior de la casa.

18– Es importante colocar los aparatos de refrigeración de tal modo que les dé el sol lo menos posible y haya una buena circulación de aire. La colocación ideal de la salida interior del aire acondicionado es cerca del techo y sobre una ventana.

19– En el caso de que las unidades condensadas estén en un tejado, es conveniente cubrirlas con un sistema de ensombramiento. Si existe posibilidad, podemos plantar árboles o arbustos para darles sombra a las unidades de aire acondicionado, pero que no bloqueen el flujo de aire. Si es posible, coloca el aire acondicionado de la estancia a refrigerar en el lado norte. Una unidad que opera a la sombra utiliza casi el 10% menos de electricidad que una unidad similar.

20– Tenga en cuenta que los equipos de aire acondicionado elevan la temperatura del entorno exterior, por lo tanto envían calor a los vecinos.

21– Si tienes un equipo de aire acondicionado, úsalo al mínimo, como complemento a la ventilación y protección solar. Menos calor y menos ruido para todos.

22– Si dispones de un aparato de aire acondicionado anterior al año 2002, asegúrate de que no contiene CFC o HCFC, gases que destruyen el ozono. Si contiene estos gases, deja que una empresa especializada se ocupe de sustituir y tratar adecuadamente el aparato.

23– Deben elegirse equipos acondicionados de alta eficiencia energética, es decir, aquellos equipos que con el mismo nivel de prestaciones lleguen a consumir hasta un 50% menos de energía que otros y según las necesidades de la zona donde se van a ubicar.

24– Al igual que ocurre con los aparatos de calefacción, es necesario realizar un mantenimiento preventivo de los elementos que componen las instalaciones de aire acondicionado para que estas funcionen adecuadamente y con el menor consumo de energía posible.

25– Ponte en contacto con un profesional especializado al margen de lo que pueda “ofrecerte” una empresa comercializadora.